Como veo que ya os defendéis con los platos sencillos y el gazpacho os sale por las orejas, hoy vamos a probar con otro de los "básicos" de la cocina, pero algo mas complicadillo:
Las famosas croquetas!
De verdad, ¿a alguien no le gustan?
Los ingredientes de estas son escasos: unos restos de un pollo asado, algo de jamón serrano, leche, harina, huevo y pan rallado. ( y una pizca de sal y nuez moscada, si apetece)
Troceamos el pollo bien picadito, paciencia...
Rehogamos en la sartén el pollo picado con la salsa que traía, así no queda tan seco. Si no tenemos salsa, con aceite o mantequilla. Le añadimos el jamón serrano, también picadito, y tres cucharadas bien colmadas de harina. Es importante no quedarse cortos, que leche siempre se puede añadir más después, pero harina no. La rehogamos también un poco, hasta que se dore.
Luego añadimos la leche, la sal y la nuez moscada. Hay que remover sin parar, añadiendo poco a poco la leche hasta encontrar la textura adecuada.
Cuando ya ha burbujeado un poco y se queda pegada en las paredes de la sartén, ya esta. Para las croquetas, esta bechamel debe quedar espesa, la cuchara tiene que quedarse unos segundos en posición de fiiiiirmes!.
Pasamos toda la masa a una fuente, dejamos enfriar, y si no hay prisa, lo mejor es meterla después un buen rato en la nevera.
Montamos la fabrica con el huevo batido y el pan rallado. Primero le damos forma con la mano, luego las bañamos en el huevo y a revolcarse por el pan rallado. Estas las puse en unas cajas de plástico porque iban para el congelador directamente.
Sin descongelar, las bañamos en una sartén con aceite bien caliente, con pocas unidades cada vez, hasta que estén bien doraditas. Si sois unos impacientes, pedir ayuda, y que os las fría una experta.
Así de doraditas tienen que quedar...
Y con un vasito de vino..., ya tenemos cena!
Salud.
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