Ningún ser humano indiferente ante la comida es digno de confianza.



(Pepe Carvalho)




domingo, 20 de febrero de 2011

Mermelada de Naranja

No hay nada más elegante para acompañar unas tostadas en el desayuno que un poco de mermelada de naranja amarga (en Inglaterra, lo “polite” es que sea de naranja para el desayuno y de cualquier otra fruta en la merienda). Si el desayuno es de lujo, las naranjas deben ser de Sevilla (que para los de la isla albionense suena muy exótico), pero si de verdad queremos quedarnos con el personal, no hay nada mas exótico que las naranjas enanas de la china.

Que sí, que no es un vacile!. Lo primero es la recolección, dado el tamaño del árbol y el peso de las naranjas, no debería representar un problema, pueden participar también los niños y personas mayores….

Lavamos bien las naranjas, como son tan pequeñas no hace falta pelarlas, basta con partirlas por la mitas y quitarles las semillas. Pesamos la fruta y la cocemos con un poco de zanahoria y un chorro de limón (esto es importante porque se añade pectina, lo que dará espesor a la mermelada), después se puede batir un poco, si nos gusta una textura mas suave.

cuando ya esté blanda añadimos la misma cantidad de azúcar y removemos con cuidado con una cuchara de madera (nunca de metal!) de mango largo, porque al darle un hervor, aunque sea suave, puede salpicar, y las quemaduras de azúcar son algo dolorosas…


Una vez bien disuelto el azúcar y espesado al gusto (siempre termina de espesar mas cuando se enfría) lo vertemos en unos tarritos, si lo queremos conservar largo tiempo debemos hervirlos, pero nunca se nos ha dado el caso!!


domingo, 6 de febrero de 2011

Vaya Huevos


Son tantas las posibilidades de elección entre diferentes relaciones calidad/precio frente a las que nos encontramos en nuestra frecuente tarea de hacer la compra, que no siempre resulta fácil acertar a la primera con un producto que cumpla con nuestras expectativas. Existen, sin embargo, pequeños detalles que pueden ayudarnos a, por lo menos, hacernos una idea rápida de la calidad de un producto dado que el precio ya se encarga de dejarlo bien indicado el comercio correspondiente ( y no siempre!). Hoy vamos a ver en concreto el caso de un producto que solemos comprar con cierta frecuencia: los huevos.

Son varias las posibilidades de cría de una gallina ponedora de huevos, y es evidente que la calidad de los mismos es directamente proporcional a la calidad de vida de la gallina. Una gallina estresada, enjaulada toda su vida, requiere de una alimentación industrial a base de piensos y un continua aporte de productos que eviten que una enfermedad pueda convertirse en plaga. Otro tipo de cría mantiene grandes cantidades de gallinas, pero esta vez sueltas por el suelo. Las gallinas denominadas “camperas” son aquellas a las que se les permite salir a corrales al aire libre, lo que supone una alimentación más variada (granos, pequeños insectos) que mejora ostensiblemente las cualidades organolépticas de los huevos. En el caso de que el pienso de estas gallinas sea procedente de agricultura ecológica, podremos identificar los huevos como de producción ecológica.

Pero si todos son iguales, ¿cómo podemos diferenciarlos?, además del etiquetado del envase, mas o menos ajustado a la realidad, podemos fijarnos en un detalle claro y explícito. Cada huevo lleva impreso en su cáscara una fecha de consumo preferente y un código alfanumérico. Basta con fijarnos en la numeración por la que empieza este código para averiguar el tipo de cría de la gallina. Si comienza con un 3, son gallinas de jaula, si comienza con un 2, se crían sueltas por el suelo, si es un 1, son gallinas camperas (como la de la foto) y, las mejores, son las de producción ecológica, que empiezan con un cero. Después vienen las siglas de referencia del país de origen, ES en el caso de España.

Otro día hacemos una cata de huevo frito!!

sábado, 5 de febrero de 2011

Pato confitado con crujirente de fruta

Hola Amiguitos!!
Hoy nos hemos decantado por un plato muy sencillo de preparar para empezar con fuerza el fin de semana. Los muslos de pato en confit puede decirse que ya vienen "cocinados" puesto que en esta preparación la carne se sazona y se cuece en su propia grasa y luego se conserva, bien en lata, como los de la marca Martiko (muy recomendable su web: www.martiko.com con muchas recetas) o bien en sobres al vacío como los de Coren (www.coren.es mas sosa) que son los que hemos usado en esta ocasión.


También hemos comprado una manzana reineta, una lata de piña y un bote de patatas ya peladas.










Extraemos el corazón de la manzana reineta y la cortamos en laminas. Estas manzanas tienen un sabor entre ácido y dulce y una textura que las hace ideales para compotas y como acompañamiento de carnes con personalidad como el pato o la caza...











Cocemos las rodajas de manzana en agua con un poco de canela y azúcar moreno. Cuidado que se ablanda en muy poco tiempo, por lo que hay que estar atentos a retirarlas del fuego en cuanto veamos que se le despega la piel!








Mientras abrimos los sobres y retiramos la grasa de los muslos, poniéndola en una sartén.












En la sartén colocamos las patatas (previamente es importante enjuagarlas en agua para quitarles el "sabor a bote" y secarlas muy bien en papel absorbente de cocina) y dejamos que se vayan confitando a baja temperatura durante un buen rato (mientras se hace la manzana y sudan los muslos en el horno). Cuidado!! al ser grasa y no aceite de oliva, no se puede poner el fuego muy fuerte porque tiende a explotar en pequeñas burbujas que pueden quemarnos las manos o la cara si estamos mirando de cerca!!
Remover de ver en cuando para que se doren de forma uniforme.


Dejamos escurrir bien las rodajas de manzana y las de piña.













Los muslos hay que dejarlos "sudar" en el horno toda la grasilla que tienen debajo de la piel y despues, diez minutos antes de servir, darles un buen calentón con el grill para que la piel quede dorada y crujiente, pero... cuidado! la carne no está cruda, si nos pasamos quedará seco y correoso, así que lo mejor es tenerlo una media hora a baja temperatura (entre 90 y 70ºC) y luego los 10 minutos a tope con el grill.






Con este soplete tan majo que me han traído Los Reyes Majos de Oriente, y un poco de azúcar moreno, le añadimos el "crujiente" a nuestra particular lasaña de fruta. El contraste entre la carne caliente y la manzana con la piña es muy refrescante.







Tampoco hay que pasarse con el azúcar, que no es un postre dulce, sólo para refrescar la carne.








Emplatamos la carne, servimos las patatuelas, abrimos una botella de vino (recomendable un tinto, si es rioja, reserva o crianza, si es ribera, cualquiera) y a disfrutar!!